Hola. Me alegro de encontrarte. No sabía si vendrías, pero aquí estás.
Hoy me levanté temprano, aunque me cuesta, para poder recibirte a cualquier hora.
Has entrado en mi casa y quiero que te sientas como en la tuya.
Entre otras cosas y, sobre todo, escribo. Quizá estés aquí por eso, porque escribo. Gracias. Espero que te guste lo que leas y también lo que escuches.
Es probable que fuera el tiempo sea desapacible, pero ahora no estás allí, estás aquí y te cuidaré bien. Por favor, disfruta de la estancia.